Occidente

Bate la mar el cantil.
Bate la mar el cantil.
Otra vez bate...
Y otra...
Sólo eso hay allí.
Digestión de la piedra.
Viento que silba y grita
despeinando el brezo pelirrojo.
Substancial devenir
de golpe y resistencia,
de acrílico azul
enjaulado en su compas
de dos por cuatro.
Voy y vengo.
¡Cuidado que voy!
¡Todo esto lo he hecho yo!
Desde el principio
del tiempo.

Primavera

Que la primavera reverdezca la ciudad.
Que reivindique el pajarillo, su arbolito,
arrebatado por las cucarachas de cuatro tiempos.
Que sea un clamor, su profético cantar,
y que su himno sea tambien el nuestro.
Que los rayos del sol incidan con un ángulo tal,
que iluminen todo lo oscuro de los corazones.
Que todo lo negro y contaminado se desintegre.
Que pase un río por delante de tu casa,
con agua clara de caliza y de genciana.
Que crezca un hayedo de repente, y se extienda
parasitando todo el asfalto, como un muérdago mágico.
Que invada los ayuntamientos, y los ambulatorios,
y las juntas vecinales...
Y en sus ramas que canten los pinzones.
Y que todo lo pequeño pueda florecer.

13J

Del salón, en el ángulo imposible de la anacrusa,
se escapa una luz tenue que vibra en 5 por 8.
Pequeño aliento que emana la tribu estrafalaria
para alimentar el insaciable corazón azul.
Alguien ha dejado abierta la ventana,
y entra el aire perfumado del Índico,
encarnado en piel reseca de anciano pescador.
Remienda su alma con aguja pentatónica.
Ayer se veía El Aaiún por el ojo de buey,
y las olas amarillas bailaron al ritmo del bendir.
Miles Davis tocó su trompeta, el otro día,
parecía un loco, con sus ojos inyectados en swing.
Cayó al suelo, revolcandose entre alucinogenos calambres.
Thelonius Monk, pasó también, y se fue sutilmente,
dejando un acorde reverberando en el espacio.
¡Que pequeñita se ve la estancia desde lejos,
en el horizonte retorcido de Moebius!
¡Que lucecita, adentro, que nunca se apaga,
titilante estrella de un compás que va muriendo...!

Súbete a un árbol

Aprovecha y súbete a los árboles.
Encarámate a las hayas,
trepa por los castaños,
asómate entre las copas de las encinas,
a mirar con mimético disimulo.
Acomódate a horcajadas en las nogalas,
guarécete en las ramas de un manzano.
En los cerezos, lo suyo, es picotear
el fruto cual pájaro goloso.
Haz lo mismo en los ciruelos
de néctar de luz de oro.
Cuidado con los frágiles brunales,
precaución en los avellanos elásticos,
de verdes hojas de luna llena.
En los abedules hay que ser medio equilibrista,
experto trapecista y algo temerario.
Encima de un buen rebollo, te puedes sentir
como en el Serengeti, e incluso escuchar
cantos de Masáis, cernidos en el viento.
¡Aprovecha y súbete a los árboles!


Luz de Octubre

Los castaños explotan de fruto y amarillo.
Un ocre manto atrapa todos los otoños pasados
que vuelven ahora sobre los castaños,
para que veamos como se fue nuestro tiempo.
Hay una dimensión extraña en Octubre
que conecta los árboles y la vida de la gente,
que superpone todo nuestro tiempo
como capas de cebolla y de recuerdos.
Este fenómeno tiene un sonido característico,
que se puede escuchar si se presta la suficiente atención.
Es como un canto de sirenas, un revoltijo de pensamientos e imágenes
que tañe el viento sobre las hojas,
como una canción de la circular zanfoña…
El aire siempre es más denso en Octubre
y la luz es tan cristalina que nos deja
ver en el interior de las cosas...
nos permite mirar y escudriñar el tiempo.

New post

-Creo que debemos hacer un brainstorming,
que sea informal, un poquito cool, casual...
seguro que encontramos nuevas ideas.
Dependiendo del background de cada uno,
la aportación será más o menos fashion.
Si la cuestión al fin y al cabo,
es hacer un rebranding,
...que ya está todo inventado...
Con un coaching adecuado, podremos, sin duda,
lanzar una startup que nos posicione adecuadamente.
Creo que funcionará, Rodríguez...
ayer tuve un flash...durante el catering...

-¡Rodríguez...!. ¿Qué le pasa? ¿En qué está pensando?

-¡En que en este preciso momento me gustaría gritar!:

        ¡PEDÁNEO!
                   ¡ADEMÁN!
                               ¡HAIGA!
                 ¡CANTIMPLORA!
                                   ¡MINGITORIOOO!...

Mono homo

Derrama el pajarillo su canto lascivo,
pero el hombre no lo entiende.
La tierra baila su danza dextrógira
y amanece en Estanbul.
El hombre no lo entiende.
El jardín cercano a mi casa
es tan salvaje como todo el Masái Mara.
Un mono altivo y egoísta,
abraza inerte la tierra
y se pudre en el suelo
siguiendo la ley eterna e ineludible.

Marzo del 2017

Buscando como desenmarañar el tiempo,
sin más pretensión que la huida del campo de batalla,
la fuga de la mísera trinchera, la deserción programada.
La indiferencia hacia todos los estandartes.
Esperando que se arríen todas las banderas
y se icen todas y cada una de las personas,
como cuando se trepa por la cucaña.
Que los bosques crezcan hasta emborronar todas las fronteras,
y nadie sepa de dónde es, ni en que lado está.
Que desaparezcan los gentilicios, pero que perduren los lugares,
y que se invité a todo el mundo a cobijarse allí.

Aquella música...

Provenía, aquella música, del envés de las hojas,
del tintineo alegre de la lluvia de ayer,
de la futura ocurrencia de los dedos, la boca y el alma.
De los bosques que están adentro, escondidos en la ciudad,
de las sonrisas de nuestros hijos y nuestros padres.
¡Yo que sé de dónde venía..., ni adónde iba...!
Se acercaba, ya medio tocada por otros, pero sin un título,
sin ritmo ni tonalidad. Sin ser de nadie, pero siendo de todos.
Naciendo y muriendo en un mismo instante,
cantada y llorada  en el mismo compás
por una plañidera que se ríe a carcajadas.

Dónde está mi revolución...

-¡Camaradas!:
Mientras yo sea vuestro líder,
Seremos humildes pero dignos...
Mientras yo sea vuestro líder,
A nadie le faltara “algo que llevarse a la boca”.
Y además, se establece
que la hora oficial de almorzar,
será la una del mediodía.

-Camarada, a mi me gustaría más
comer sobre las tres de la tarde...

-Lo siento, pero en esta revolución
se comerá siempre a la una.

-Es que yo preferiría a las tres...

-¡Pero vamos a ver, camarada!,
¿por qué quieres comer
a esa hora?

-Pues la verdad, prefiero comer
a las tres, porque tú quieres
que coma a la una.

Take this Waltz

No me acuerdo de haber visto
colores llamativos en tu ropa.
Sólo recuerdo el negro y el gris.
Lo mismo que en tu voz.
Pero cuando tu música se convierte en poesía
sale un arco iris extraño y luminoso
lleno de colores que se ven muy adentro
y giran y giran como bailando un vals
rítmico y caleidoscópico.

Miles Dewey Davis III

Flores silvestres creciendo en el metal brillante,
arpegio de sol y tormenta tropical.
Fuego congelado y nieve evaporándose.
Tintineo de lluvia despreocupada.
Calambres que nacieron de tu cuerpo curvado.
Tus cuerdas vocales, se mudaron dentro de tu trompeta,
y tu susurro se mezcla con el humo y con la noche.

Renacer...

Como todos los años,
como hacen todos los seres vivos,
me dormí en el ocre otoño
y broté verde en primavera.
Y aunque el tiempo se retorció,
e intento que mi sueño fuera eterno,
los rayos de luz sobre la clorofila,
despertaron mi alma, una vez más.
Esta es la verdadera lucha,
simétrico duelo ante el espejo.

Nana de lluvia

Un deseo:

Que siga cayendo la lluvia
Sobre los tejados rojos
Y su nana de melancolía
Nos empape a todos.
Que golpee su ritmo sordo,
Sobre los adoquines,
Que taconee tu cante hondo.
Que purifique toda la tierra.

A una estrella...

Hay una estrella en lo alto,
llorando lagrimas de leche,
que escurren por la noche negra.
¿Dime por que estas tan triste,
estrellita, siendo tan hermosa?
¿Por qué se derrama tu pena
si hay una luz de esperanza,
que anuncia la mañana?
(El astro me mira extrañado)
- ¿Triste yo?.
Pues me acaba de hacer una
metáfora, otro insensato como tú,
en la que sugiere, que llevo
toda la noche partiéndome de risa.

Primavera

Cada árbol es un ático con vistas
con una cigüeña asomada
tejiendo la primavera.

Mañanas

Cristales de puro hielo,
en la mañana desnuda,
cortocircuitan el cielo.
Brillan como un cuchillo,
ávido de muerte blanca.
Clavan su luz en la cara,
en las manos ateridas,
y en los ojos somnolientos
que desafían la helada.
Náufragos desorientados
caminan por las calles.
Se asemejan a narvales
salvajes y fantasmagóricos,
exudando su hálito vital.

Corre...

Corre hacia algún lugar escondido
en dónde no haya predicadores,
hipotecas, regulación del aparcamiento,
planes de pensiones, televisión por cable,
eventos deportivos...
Bancos que financien tu miseria,
y multipliquen su riqueza.
Empresas que chupen tu sangre,
para mejorar su productividad.
Credos que debas profesar
por el articulo 33.
Huye de los individuos fabricados en serie,
clonados de una materia vulgar, y descolorida.
Escapa de la gente perfecta.
Crece como una flor...
 salvaje,
       callada,
              única,
                    inocente
                            libre.

Poemas que me encuentro...

Bar el Grifo. León 18 de Octubre 2015. 
Libre te quiero.
Agustín García Calvo.


Ciudad grande, va deprisa...

La venas de la ciudad son negras.
De asfalto negro, de escarcha negra.
Rosas y lirios de sangre llevan,
manos abiertas como azucenas.
Y otras cerradas y fatigadas,
Pútridas sombras
ajadas y viejas.

Las venas de la ciudad,
son metálicos raíles,
sepultados y largos,
como la reata de sueños
de los espectros que te miran,
siempre de paso,
allí enterrados.

Decálogo

Pasear, es estirar el alma.
Lavar lo que está sucio,
ahí adentro, y tenderlo al sol.
Si además canturreas,
y usas la cadencia de tus pasos,
como un metrónomo,
en unos pocos compases,
te sentirás feliz.
El bienestar conseguido
es directamente proporcional,
a la distancia recorrida.
Montar en bicicleta produce
un efecto equivalente,
aunque hay que prestar,
mayor atención a la conducción.
Más de un ciclista, ensimismado,
pedaleando en un halo de felicidad,
y con el viento acariciando su cara,
ha tenido que ejecutar un rápido
requiebro, de manillar,
para no terminar abruptamente
su paseo velocípedo.

Decidle al viento...

Decidle al viento que silbe su tonada,
esa que acaba de aprender,
que levante a la piedras, su alborada,
y las vista de luz el amanecer.
Despertar, paredes de caliza,
desperezaros, vigas de madera,
ventanales y galerías de antaño,
rojas tejas de arcilla y barro,
aleros tallados de filigranas.
Caminos antiguos, enseñadnos
de dónde venís, tan cegados
de soledades.
Hora es de que se vuelva rojo el llar,
y chirríen en él, el roble y el haya.
Que se escuche la xácara de los niños,
tal y como se sintió en aquel otro tiempo.
Que no reviente tu güerta de yerba verde,
que el orégano impregne las cocinas,
y la hortelana te vuelva a besar.
Que tus pies sean lláganas
que soporten tu cuerpo.
Y que este verano cálido, y perezoso,
se quede con nosotros, para siempre,
y se contagie como una epidemia del alma.

A un jilguero

Veo un jilguero desde mi ventana.
Poca cosa, dirán algunos.
sólo un pájaro pequeño,
y sin importancia.
Pero su alma frágil es de luz
rutilante e inalcanzable,
y su débil aliento,
es el suspiro de la tierra misma.
El aire que lo sustenta es un lienzo,
y los colores de su plumaje,
su titilante pincel.
Y cuando vuela
va pintando una acuarela.

Pequeños mundos de papel.

Hay mundos ocultos, que casi nadie conoce,
y que, escondidos y apretados en sus cabezas,
arengan el alma exhausta de los poetas.
Lugares entre la genciana y la hierbabuena.
Entre el sueño y la vigilia de una noche de verano,
llena de aire caliente y rojo,
que explota dentro del cuerpo.
Entre el rocío, que al amanecer,
mana gota a gota entre los sueños de los hombres.
Entre los frutos que caen inertes en Otoño,
repletos de vida, sobre la tierra..
Entre el viento que viene a nuestro encuentro,
y nos habla en un extraño idioma,
que sorprendentemente, entendemos,
pronunciando palabras arrojadas al mundo,
por bocas extrañas y desconocidas.
Entre la tristeza del día que se muere,
al caer la tarde, con luces de sangre
y trinos de aves plañideras.

El mar

Si quieres sentir del mar,
has de entregarte desnudo,
pequeño y sin soberbia.
Descalzo, pero sin penar...
humilde pero riéndo.
No debes pedirle nada,
ni nada has de dejarle.
Si quieres sentir del mar,
ha de escuchar tu alma,
el canto de eternidad,
de sus olas esmeralda.

Bandera

Con la luz de primavera,
que entra hoy por mi ventana,
voy a hacer una bandera,
como a mí me venga en gana.
Y no me gustan las banderas.

La voy a tejer de verde,
por deseo de esta tierra.
Si ponemos la simiente,
la regamos y cuidamos,
brotaremos de su vientre.

Que comprenda a mucha gente,
descalza sobre la yerba,
y que nada sea urgente,
que ya la vida te lleva...
con el viento de poniente.

En este lugar, ten presente,
no quiero ricos ni pobres,
religiones ni creyentes.
Ni leviatanes ni dioses,
ni reyes condescendientes.

Y que nos dejen estar
en el bosque de colores,
y podamos encontrar,
un campo de negras flores,
si lo queremos buscar.

Rock

Ven gritando,
vacilando versos
en la barra de un bar,
desgañitándote,
por no volver a llorar,
vociferando,
para que no se escuchen
los insulsos poemas
que recita el amo.
Pataleando para que no
te lleve la corriente,
y poder arriar las velas,
cuando quieras,
y sentirse diferente.
Despotricando,
Para que te dejen en paz.

Sueño Cibernético

He soñado con un campo inmenso, casi infinito,
modelado en tres dimensiones.
Una especie de malla de energía,
creada por supercomputadores,
que a su vez, fueron creados por seres humanos.
Contiene toda la información que existe,
y se va incrementando, sin límite.
También he visto unos seres sobre el campo.
Se alimentan de él, de sus datos.
Los necesitan para sobrevivir.
Algunos son una amalgama de carne, huesos, y circuitos de silício.
Otros son enteramente electrónicos, aunque con ideas humanas,
si es que las ideas, han sido exclusividad de los humanos, alguna vez.
Están todos conectados.
Los que todavía tienen un cerebro biológico, desaparecerán pronto,
aunque no del todo, ya que replicarán sus conexiones neuronales
en un circuito digital, y seguirán viviendo...para siempre.

Abedules

La vida es un reguero,
que va escurriendo
de un nevero blanco.
Parece que se va deshilachando lentamente,
pero salta y corre y lo deja todo atrás,
siempre condenado a ir hacia el valle.
Observa a los abedules en su atalaya.
Son los únicos que soportan el viento del norte,
los mas altaneros de todos.
Pero no comprende su belleza, ni su resistencia.
Su desolación, y su soledad blanca y fría.
Aún así memoriza su color, su forma, sus hojas...
El reguero llega  al valle,
y se une con otros arroyos.
Mas tarde llega a ser un río
con un caudal de piedra y tiempo.
Y por fin lo entiende todo.
Comprende la resistencia y la sobriedad
La risa y el llanto, las palabras que se dicen,
y las que nunca llegan a pronunciarse.
Todo lo que ha vivido, se muestra claro, de repente.
Se acuerda de los abedules.
Nieva y nieva...  blanca corteza de abedules.

Perdonad que me ponga serio....

Ya lo habéis jodido todo.
El mundo limpio y azul,
salvaje e inmutable,
guardián de su cólera y su belleza.
¿Dónde está ahora?
En los versos del atardecer
hay sangre decadente y callada.
No hay charco en el que se pueda beber,
Solo está limpia el agua
de vuestras botellas de plástico


Dime
cuando
llegará
la
primavera,
que
me
quiero
esconder
entre
las
flores,
a
mirar
las
lavanderas.

¿Adónde regresar si ya no existe
el hogar en que vivimos?.
¿Adónde soñar la brisa fresca
de la montaña, y el azul infinito del mar?
¿Adónde ir para volver a sentirnos
animales de esta tierra?

A
ver
si
pasa
ya
este
invierno,
que
florezcan
los
sollozos,
y
estirar
mi
cuerpo
al
sol,
y
mirar
los
petirrojos

Olvido 547

Si alguna vez te dejas algo olvidado en un hotel:

"Olvido 547", por favor, le dije a la recepcionista, al cabo de unos meses... 
¿Podría mirar, también, si me he dejado olvidados unos versos de Pesoa 
(estos me da igual recuperearlos o no),
y un poema de Nicanor Parra, que creo estará levitando por el baño?  
Éste último sí me interesa.
Además se debieron quedar por ahí, unos besos de tornillo,
que nacieron, a la luz de las estrellas. 
Creo que estarán cerca de la cama.
Debí olvidar, un par de amaneceres perezosos y un anochecer de ginebra 
mezclado con la sonata "Claro de luna", que brillaba en el club inglés. 
Se me extraviaron también, en la ducha, unos tarareos de Ara Malikian.
(con escenificación y todo...) 
Supongo que todo esto no lo habrán encontrado..
Por cierto, díganle a la pianista, que ha sido la mejor versión 
del "Claro de luna" que he escuchado nunca.

Los ojos del mendigo

Pido dinero, y lo que darme quieras, 
inclinado en la calle de la vergüenza, 
veo tu cara, o siento tu ausencia, 
en el vil tintineo de una moneda. 

Mis ojos murieron de ver las miserias, 

de vagar por un mundo que no me interesa, 
asustados y secos están en sus cuencas. 
Miran y callan, gritan y esperan.

Tan sólo un poema

Este es sólo un poema, 
que intenta retratar su alma, 
que se desvanece y encarna 
y se difumina en la niebla.
¡Quiere ser!, aun no es nada, 
un eco de sordos gritos,  
hilando nuevas tonadas. 
¡en una jaula de grillos...!

¡Que nieve, que nieve...!

Este año no nieva. 
Algo extraño está pasando hay arriba,
porque estamos en Enero, 
y ni rastro de la nieve. 
Necesitamos un cambio de color en esta ciudad.
Que se cubra de segundos plácidos y fríos,
que haya blanca excusa para todo lo imperfecto.
Quizás no nieve, por cumpla de la crisis.
A lo mejor el gobierno ha prohibido este tipo de fenómenos,
porque inciden negativamente en nuestra productividad.
Puede que ahora mismo, se esté debatiendo este tema, 
en un consejo de ministros extraordinario.
Tal vez sea, que nuestro vómito, pudre ya la tierra,
y que ya no la quedan ni lágrimas para llorar.

El fantasma de la Navidad...

Algún año de estos, deberíamos devolver 
la Navidad a su verdadero propietario.  
Enviarla -sin abrir- en su envoltorio,
de colores llamativos y campañillas confitadas. 
Y no me refiero a remitirsela a Dios, ni a Jehová, 
ni siquiera a Papa Noel o a Santa Claus. 
Hace ya tiempo que perdieron el control... 
Habría q devolvérsela a las multinacionales:
"Por favor guarden esto en el almacén mas oculto, 
en el lugar mas recóndito... 
O mejor aún, destrúyanlo.
¿Acaso no saben el daño que puede causar, 
en el alma inocente de un niño...?"

Deprisa...

Es moderno, y casi obligatorio, 
que hasta la cosas más insignificantes, 
hasta la tareas más intrascendentes, 
deban hacerse a "toda prisa". 
Incluso, atormentadamente, y con cierta desesperación. 
Si no, pareciera que fuesen algo vulgar y desfasado. 
Es un vértigo extraño, metálico, y afilado, 
que oprime la boca del estomago, como un eco 
sordo, que quiere salir, expandirse, explotar.

En este preciso momento somos tan sólo un pedazo de materia,
insignificante.
¿Para qué corremos tanto?.

La cocina de Guti

La de Guti, es una de esas cocinas,
"de antes", con escaño y "chapa económica".
Hay un aroma a leña quemándose lentamente,
que impregna la estancia, y forma parte de ella,
como el escaño, la mesa, o el aparador.
El viento llama a la puerta, y "pica" en los cristales,
pero sabe que no tiene nada que hacer.
Dentro huele a té y a espino blanco...
Afuera brama el invierno, pero en el interior,
las horas pasan despacio, perezosas, con una galbana
de la que es imposible escapar.
Una cocina "de pueblo" es lo mas parecido 
a un útero materno, que se pueda imaginar...

Comandos para ser feliz...

Hoy voy a borrar todos esos malditos archivos...
Y cargar el módulo del núcleo, felicidad.ko.
Espero que resida mucho tiempo en memoria,
...Hasta que lo "mate" otro proceso.


NOTA:

Cómo borrar esos "malditos archivos":
root@saltimbanqui:~# rm -fr malditos_archivos

Cómo cargar felicidad.ko:
root@saltimbanqui:~# modprobe felicidad.ko 

Caminito...

¡Gritaron!: 
Led Zeppelin, Deep Purple, 
Jimi Hendrix..., Janis Joplin....  
Había guitarras eléctricas escupiendo fuego,
llorando con los ojos un niño. 

Más tarde, entendí los poemas que me leía mi padre, 
cuando era pequeño. También comprendí a los que los escribieron. 
Son vagabundos intentando descifrar la vida... 

¡Recitaron!: 
Espronceda, Manuel y Antonio Machado,
Benedetti, Huidobro, Lorca, y Miguel Hernández. 

¡Bukowski y Nicanor Parra, también gritaron! 

Norte.

He visto a algunos hombres ir hacia el Norte.
Les ha calado la lluvia, y la llevan dentro.
El frío y la nieve han cuarteado sus rostros,
y ves la ventisca cuando miras sus ojos.
No hay que dejar que el Norte te atrape, por completo,
Porque entonces todo se queda dentro:
Las palabras se quedan dentro,
Las sonrisas se quedan dentro,
Las lágrimas se quedan dentro,
La vida se queda dentro.
He visto ha algunos hombres ir hacia el Norte,
Y meterse en las entrañas de la tierra,
Para vivir y sinvivir.
Ahora ya no bajan a la mina,
y no saben dónde ir por las mañanas.
Fuman, cuidan a sus nietos,
y hablan de aquellos tiempos.
Todavía tienen polvo de carbón en sus caras,
Y oyen bramar los barrenos, a lo lejos,
como una tormenta de verano.

¡Ven al mercado!

Me gustan los mercados...y sus circunstancias.  
Mosaicos de colores construidos con frutas y verduras.
Los puerros apilados, los tomates, las cerezas, las setas,  
Un enjambre de uvas, un caos de melones y sandías... 
¡Y que el hombre del puesto grite los precios al viento! 
También disfruto con los pescaderos que conocen su oficio,  
Y limpian una corvina, o un rey, "en menos que canta un gallo".  
Y con los carniceros, que a golpe de machete, deslían un costillar, 
O cercenan con su afilado cuchillo, un solomillo de ternera. 
Me agrada, que aquel artesano, con su eterno aroma de cuero, 
Me enseñe sus carteras y sus botas.
Ha creado algo que no existía, y por eso me gusta. 
...Y el zapatero remendón, y su universo de zapatos, 
Hormas, cordones y hebillas, girando en completo desorden.  
Prefiero las panaderías con olor a leña, las joyerías,  
(dónde hay joyeros mirando afanosamente por sus monóculos),  
y las tiendas de ultramarinos con sus construcciones de latas de conservas. 
Me encanta ver a un afilador, persiguiendo su melodía. 
Por todas estas razones (y por algunas otras...), odio los supermercados. 

Sanlucar B.

Morirte así no es morir,
Es abrazar tu destino
Agüita de Gualquivir,
Meciéndote entre los pinos.

La luna ya va a salir
Para bañarse contigo
Y algo te va a decir
Susurrándote al oído:

Tus olas quiero sentir,

Al final de tu camino,
Soleá para vivir,
Bulerías y tanguitos.

Sambucus

El viejo saúco tendió sus manos,
Y se entregó al invierno,
Entre rastrojos de hielo
Y lágrimas de lluvia.
Cuando el otoño incendió todas sus tardes rojas,
Cerró sus ojos, como un monje que medita,
Canturreando su mantra de viento.
Sólo resiste -y resistir es lo más importante- mientras mira el horizonte.
Debajo de la corteza está su savia, medio muerta.
Todo su ser es química.
Toda su esencia es resistencia.
Ha conocido el canto de muchas aves,
Gorjeos alegres llenos de vida,
Y oscuros llantos de muerte.
Dios no envió a ningún pajarillo,
Para que entonara un canto divino,
Al cobijo de sus ramas.
No intenta ser otra cosa mas que química.
Sólo resiste, mirando el horizonte.



El saúco venció al invierno, y se despeinó de primavera.

    

















 

¿Eres un niñ@...?

Me gustaría ser un niño de mirada nerviosa y sonrisa traviesa.
Quisiera ser, ese niño, para siempre. 
Hacer preguntas inocentes, cuyas respuestas sean tan complejas, 
Que conmuevan el alma de quien las escuche.
Sentir la mañana, como si fuera un pájaro extraño,
Al que nunca he visto antes, y reírme de lo desgarbado que es, 
o enfadarme, porque no puedo alcanzarlo.
Mirar, dejando salir mis entrañas a través de los ojos,
con tanta fuerza y ternura, que hagan llorar a un asesino.
Besar atropellada y dulcemente, 
con la inexperiencia y la emoción de la primera vez.
No quiero que ese niño muera.
Que el desánimo se instale en mí, como un desierto
que invada, rojas flores, y verdes primaveras.
Que el conformismo atenace mi alma, y exprima las sonrisas
Y los llantos que me esperan.
Que la injusticia sea, la justificación de la supervivencia.
Que la risa no sea sincera.
Yo ya sé que debo hacer con ese niño.
Espero que sepas lo que debes hacer tú.

Algunas noches...

Algunas noches, sin razón alguna,
Respiran mis sueños, montañas de piedra,
Promesas de nieve y senderos de luna,
Que abrazan mi cuerpo como la hiedra.

Cómo el qassús,

Me enredan y enredan...

Tv at night

No me gustan los médicos, que al caer la noche,
Montan su hospital de campaña en mi salón,
Y comienzan a extirpar órganos
Y taponar hemorragias,
"Así como quien no quiere la cosa".
Están vestidos de enfermedad,
Igual que los carceleros visten de cárcel.
Y yo esta noche me quiero acicalar de primavera.
Comer mi tortilla de patatas....
y transfundirme un trago de vino.
Se reúnen, en torno a mí, como augures malditos
Y me diagnostican una esclerosis,
Con graves complicaciones respiratorias,
O quizás, en el mejor de los casos, una infección generalizada.
¡Si hace sólo un momento, estaba bien, con toda la vida por delante!
¡Ya decía yo que notaba unos hormigueos extraños!
Resignación compradre, resignación...

¡Si hay futuro!

Un mundo entero está ardiendo
para poder hacer el ungüento,
Que alivie sus quemaduras.
Un mundo se esta fundiendo
Sin romper las ataduras
que lo vienen consumiendo.

Los vivos se están muriendo
En sus tumbas de cemento.
Son espectrales figuras,
Que sueñan y van padeciendo,
Sofisticadas torturas,
Que todos vamos tejiendo

Ya no nos están mirando,
Los ojos que nos van guiando.
Su ceguera y sus conjuras,
Entrañas están vomitando,
Que les pagan sus facturas.
¡Morid, que os estamos matando!

Fatalismo "in brown"

Tarde de Octubre, lánguida, y premonitoria
De un viento nuevo de fría soledad.
Flor que se extingue radiante y silenciosa.
Sabes que acecha el incienso helado,
Como un animal salvaje, e invisible,
Que espera el momento de saltar.
Yo sé que lo sientes.

Los colores del bosque, se van a marchitar,
Su alegría espera el silencio.
Escarba en los montes, y golpea las casas.
Resquebraja los rostros cansados.
Los ojos miran con el alma de un loco.
Y bailan solos los huesos.

¡No me quites!

Si me quitas los hayedos, los arroyos, las cañadas,
el viento sobre las hojas, el murmullo de las xanas,
las riberas, los pastores en las brañas, las colladas,
¿dime quién seré yo, al despertarme mañana?.

Si me quitas los venados, los acebos, las cascadas,
la niebla sobre los valles, los majuelos, avellanas,
la huella del jabalí, en los "praos" de madrugada,
¿dime quién seré yo, al despertarme mañana?.

No te lleves el secreto del silbido de las hayas,
Déjame el silencio de la nieve cuando estalla,
que no siento el  susurro de los rios cuando pasan.......
si me quitas el lamento de las cosas cuando nacen.


SAMA-VELILLA
¡NO!

Prau Cortés

A contra corriente por el río de piedra,
Los vagabundos entre las peñas,
Entre las grajas, iban buscando
El horizonte en la roca tallado.

Por el sendero de los animales libres,
Entre las orquídeas y el brezo.
Se desnudan y cobijan...
A contra corriente.

Trigo y cebada

Los brazos de hierro de los hombres de Castilla,
Empujan los arados y acarician las semillas,
Al timón del susurro de los bueyes, navegando,
Izando por bandera, la  mañana clara y fría.

¡A todo trapo, el navío, entre las olas rojas va!
Apenas se ve ya el puerto y su sobrio faro,
Donde las aves se cobijan de la tempestad
Entre latidos de bronce y silencios dorados.

Estelas de simiente va dejando su zozobra,
Espera fria y callada, tambien nace en la mirada,
y en las almas de las gentes, hechas de trigo y cebada
¡que este invierno nunca acaba, y quiero verte en primavera!.

Sol herido, viento y agua, furia y calma, siempre frío,
Nunca amaina, noches rotas por el hielo que ha vencido,
A la luz de la mañana, y ya no es un extranjero.
¡Tu resiste como puedas, que quiero verte en primavera!

Olas de espuma

Quiere secaros, olas de espuma,
aniquilaros por ser esclavos
suspiros de nieve, de el sol y la luna.
Va a estrujaros y vaciaros
de caminos blancos y días claros.
La triste noche negra, vestida de llanto.


El rojo viento que afiló la duna,
azote de vuestros rostros,
esta tendido en la tierra,
que no quiere veros los ojos,
en ellos están la locura
y los espejos rotos,
las palabras ahogadas
que lacran los cerrojos.


Buscad una playa salvaje y olvidada,
y atravesadla con vuestro canto ronco.
Con blancos colores, volved a vestirla.
Yo también buscaré entre las flores negras,
quejidos viejos y trinos nuevos.


PETRÓLEO = dinero para unos pocos + ruina para todos
¡NO A LA EXTRACCIÓN DE PETROLEO EN CANARIAS!


Libres

Libres, agrestes, salvajes,
con los rostros altivos
y los labios capaces
de dar besos furtivos
y escupir verbos rapaces
que atruenen los oídos.

Pasear nuestros disfraces
sin explicar los motivos,
ni borrar los tatuajes
de los cuerpos doloridos,
magullados de los viajes
por caminos retorcidos.

Correr entre los paisajes
de los segundos cautivos,
para entender el lenguaje
de los bosques escondidos
y descifrar los mensajes,
antes de quedarnos dormidos.

Almas de piedra

Son nuestras almas de peñas blancas,
como las de las chovas negras.
En ellas alumbra la luz de la genciana,
lluvia, hielo y viento, se la llevan.

Hay frío y silencio de nieve,
bálsamos de la locura,
invierno que siempre vuelve
con "falispas" de amargura.

Mi alma es de yerba verde,
que se enreda en el campo,
porque mi almiar no quiere
seguir a los muertos velando.

El adios

Y se fueron, andando sobre las hayas,
tras de los carros, entre las vacas,
por esos prados llenos de agua.

¿Dónde están esos ojos que me miraban,
incendiando esmeraldas marchitas
sobre los prados llenos de agua?

¿Donde están las palabras, que aprisionamos,
todas las veces que caminamos sin decir nada
sobre los prados llenos de agua?

El velo

El velo que se desgarra
y acuchilla la luz,
ilumina el espacio en cruz
y lo resuelve en la nada.

El alba se ha rebelado,
insomnio de sueño eterno,
y se disuelve el Averno
con su contacto dorado.

Hombre con mil horizontes,
mas ninguno alcanzado,
¡quítate el traje rayado
y pierdete entre los montes!

Encina abre tus manos
y mójate con la lluvia
que se empape el alma tuya
reseca de todos los años

Anaga

Fieras las lanzas que se levantan
entre aguas blancas paralelas,
unas de espuma, otras descansan
sobre los roques en las laderas.

Cortan sus filos como navajas
el baile salvaje de la hechicera
luna y alisios avivan sus danzas,
y no quieren que la noche muera.

Dígame usted, isleño, si cuando descansa
y cierra los ojos, en el alma sincera
siente la niebla que se avalanza,
y abraza la mar, como si de ella naciera.

Taganana

El orgulloso ejército fué a morir al lado de la mar.
Nunca se rindió.
Todavía se yerguen sus lanzas petrificadas y altivas.
Allí siguen aún.
Son dioses de los hombres que llegaron después, 
pero, acariciaron sus almas y sus vidas,
y no las estrecharon,
como a sus calles blancas y a sus huertos.

El pueblo de espuma es hermano el viento, y conoce bien,
la mar y el cielo,
y las aves, y su vuelo.
Allí, vive el arbol retorcido
que olvido cuándo nació, y no sabé cuando morirá,
porque el tiempo desterró la prisa y la esclavitud de lo efímero.
Nunca formaron parte de él,
y sólo habitan en nuestras almas atormentadas.




Xulió

Verde me vuelvo contigo, cuando te miro,
desde los valles, entre los riscos.

Trazos de agua, que se despeñan entre las "fayas",
con los laureles y avellanos,
entre los arces y los castaños.

Casas de piedra, con sus entrañas hasta la tierra.
Con sus paredes de musgo y pena.

Ochobre

¡Nieva castañas,
Vuelan erizos
Entre las ramas!

¡Llueve manzanas,
Repiquetean
Dentro del alma!

¡Suenan bellotas,
Sobre las hojas
Tañen su notas!

¡Duermen las nueces,
Sueñan que nacen
De úteros verdes!

¡Vuelan arándanos,
En equilibrio
Tiñen las manos!

Z-Vela

Con olas de espigas de los trigos blancos,
el viento se baña entre los campos.

Se hunde y emerge, y le grita al cielo,
baila con la lluvia con furia y deseo.

Así van marcando, siempre muy juntos
los pasos de un tango que moja los surcos.

El hombre se para, y se detiene el carro,
los bueyes exhalan su aliento cansado.

Con prisa en el alma y las manos mojadas,
desyunta a "las bestias" y las mete en la cuadra.

Se seca la ropa y se quema en la lumbre,
espera la lluvia que todo lo cubre.

Horas Verdes

Voy a trepar a los picos
y descansar en los valles,
en los prados de mis días.
Picos negros y horas verdes,
verdes horas, bienvenidas.

Voy a matar la razón,
que mi alma no la entiende
¡acabad, ya con las reglas!
que las reglas siempre mienten.
Quedo limpio, soy un hombre
(ahora veo a otros hombres)

Tengo el mirar en tus ojos,
tus ojos negros y limpios,
y tú, en los míos negros.
He parado el tiempo para verlos.