Occidente

Bate la mar el cantil.
Bate la mar el cantil.
Otra vez bate...
Y otra...
Sólo eso hay allí.
Digestión de la piedra.
Viento que silba y grita
despeinando el brezo pelirrojo.
Substancial devenir
de golpe y resistencia,
de acrílico azul
enjaulado en su compas
de dos por cuatro.
Voy y vengo.
¡Cuidado que voy!
¡Todo esto lo he hecho yo!
Desde el principio
del tiempo.