El mar

Si quieres sentir del mar,
has de entregarte desnudo,
pequeño y sin soberbia.
Descalzo, pero sin penar...
humilde pero riéndo.
No debes pedirle nada,
ni nada has de dejarle.
Si quieres sentir del mar,
ha de escuchar tu alma,
el canto de eternidad,
de sus olas esmeralda.