Primavera

Que la primavera reverdezca la ciudad.
Que reivindique el pajarillo, su arbolito,
arrebatado por las cucarachas de cuatro tiempos.
Que sea un clamor, su profético cantar,
y que su himno sea tambien el nuestro.
Que los rayos del sol incidan con un ángulo tal,
que iluminen todo lo oscuro de los corazones.
Que todo lo negro y contaminado se desintegre.
Que pase un río por delante de tu casa,
con agua clara de caliza y de genciana.
Que crezca un hayedo de repente, y se extienda
parasitando todo el asfalto, como un muérdago mágico.
Que invada los ayuntamientos, y los ambulatorios,
y las juntas vecinales...
Y en sus ramas que canten los pinzones.
Y que todo lo pequeño pueda florecer.